martes, 14 de enero de 2014

MELODÍAS DE LA NATURALEZA

El paisaje, entre nosotros, es algo que vive, que palpita, que tiene pasiones, que crea y destruye, que incita y enloquece: Yo lo amo como un estado del alma, como venda o como herida. Y así como el pez no lo concebimos sin el agua, así sin el paisaje no podemos concebir al hombre,
porque éste vive entre las 
melodías de la naturaleza;
porque el paisaje,
sintámoslo o no, se nos mete espíritu adentro y crea la más grande de las reacciones”
(Manuel Mejía Vallejo, escritor colombiano)



Si hay una característica singular y predominante en estas tierras de Latinoamérica es su geografía: exuberante, con sus pampas y su puna, sus selvas, sus ríos y mares, sus montañas, y hay también una relación mágica entre la naturaleza y el hombre, una relación con el paisaje de su tierra que se estableció desde los primeros tiempos, así lo vemos y vivimos en lo más intrínseco de nuestra cultura original y en todas las manifestaciones del arte, en la literatura, la música, la plástica…

En esta temporada nuestra fuente de inspiración es ese paisaje de Latinoamérica pero más específicamente su paisaje sonoro y su acústica que forman una obra de arte sin artistas, una verdadera sinfonía, que dura desde el comienzo de los tiempos, pero sin ninguna intención de deleitar a terceros, todo es el resultado de innumerables solistas que cantan, reclaman, silban y se comunican. Mensajes muy concretos pero dirigidos exclusivamente a sí mismos y a sus pares. Podemos decir que el paisaje sonoro es una consecuencia del comportamiento animal, como una sucesión de voces que se desarrollan en un escenario determinado, dotado de su propia acústica, si! porque la naturaleza tiene su propia acústica! ya sean los lagos, la selva o la puna, y una acústica dada también por determinados momentos : primavera, verano otoño e invierno, lo que añade otros matices acústicos. Un verdadero espectáculo al que tenemos la fortuna de acudir solos o acompañados y disfrutar en exclusiva de una representación que en realidad no lo es. 
El universo sonoro es tan amplio como la naturaleza que lo produce. Nos encontramos con todo tipo de llamadas de los animales, desde los más monótonos y repetitivos hasta aquellos capaces de elaborar largos y complejos repertorios.
Por otra parte, cada atmósfera sonora tiene su propia coloración, determinada por repercusiones, distancias y profundidades, como lo ecos de campo, el infinito del mar o el silbido del viento.

Nuestra intención es ilustrar diferentes miradas de esta sinfonía natural, desmenuzaremos los paisajes en sus diferentes elementos, animales, colores, como quien desmenuza una composición musical, pero también rastrearemos este sonido de la vida en otros ámbitos como la música y la literatura.


Empieza la función. ¡Que no pare la música!